Donde vamos no necesitamos carreteras
La nostalgia es poderosa. En su nombre se eligen presidentes y se ganan fortunas en publicidad. Entre los siglos XVII y XIX, la nostalgia y el llanto fueron considerados trastornos psicopatológicos. Sin embargo, estudios actuales sugieren que la nostalgia puede mejorar nuestro estado de ánimo, autoestima, optimismo y propósito vital. Ahora bien: ¿puede sentirse nostalgia por un coche?
Así lo piensa DeLorean. Un nombre que nos resulta familiar gracias a la máquina del tiempo con condensador de fluzo de la trilogía Regreso al futuro. Curiosamente, comenzó siendo una nevera, pero el productor ejecutivo Steven Spielberg temió que los niños imitaran la película y quedaran atrapados en los frigoríficos de sus casas, por lo que los vetó en favor del DMC-12. La gran noticia es que DeLorean regresa con su primer coche en 40 años y con una versión llena de guiños al pasado. Pero antes, retrocedamos hasta los años 80 con una historia que incluye narcotráfico, el gobierno británico y una fábrica en zona de guerra.
Regreso…
La DeLorean Motor Company fue una iniciativa del magnate automovilístico estadounidense John DeLorean, que lo prometía todo y quedó en casi nada. En su búsqueda de un lugar donde construir el DMC-12, DeLorean se decantó por Belfast, en Irlanda del Norte, por los sustanciosos incentivos financieros de unos 84 millones de libras (120 millones de dólares de la época) del entonces gobierno británico, que pretendía frenar la tasa de desempleo más alta de Europa y ayudar a mitigar la violencia sectaria durante el conflicto norirlandés.
Tras la aparente nobleza de construir la fábrica de automóviles más moderna del mundo en una zona de guerra, se ocultó una letanía de maniobras oscuras. La producción del DMC-12, un modelo audaz con icónicas puertas de ala de gaviota y superficies de acero inoxidable cepillado, tenía sus complejidades. En cuatro años, solamente se fabricaron 8.500 coches, de los cuales no se vendieron más que la mitad. Mientras, John DeLorean supuestamente canalizaba el dinero de los contribuyentes británicos a una cuenta bancaria en Panamá.
A finales de 1982 DeLorean fue acusado de presunto tráfico de cocaína por valor de 24 millones de dólares y la DeLorean Motor Company se declaró insolvente, con una deuda de 76 millones de dólares. El magnate se defendió con éxito en los tribunales, alegando que el FBI le había tendido una trampa, pero el daño ya estaba hecho: DMC se había declarado en quiebra y había cesado sus operaciones. Esta historia con muchos más detalles puede seguirse en el fabuloso documental de Netflix, John DeLorean: Un magnate de leyenda.
Resulta irónico que, en 1985, años después de que la producción del DMC-12 cesara, el malogrado coche saltó a la fama con el estreno de Regreso al futuro.
…al futuro
En la actualidad, DMC ha resurgido de sus cenizas cual ave fénix para convertirse en DeLorean Motors Reimagined. Resucitada como marca en 1995 por un mecánico de Liverpool llamado Stephen Wynne, la empresa, que ahora tiene su sede en San Antonio (Texas), está a punto de lanzar el Alpha5, un supercoche totalmente eléctrico con una autonomía de 500 km y capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en menos de tres segundos.
"Queríamos tender un puente entre pasado y futuro, por lo que produjimos versiones del DMC-12 que habrían sido iconos en su época para crear la próxima generación de vehículos, empezando por el Alpha5", afirma el director general Joost de Vries.
El vehículo toma muchas referencias de su predecesor cinematográfico, como la luna trasera con lamas, las puertas de ala de gaviota, los mandos simulados del DMC-12 convertidos en puertos USB, un cuadro de instrumentos que recuerda al original y la opción de los indicadores retro en la pantalla digital. También hay varios guiños a las películas: solamente se producirá una tirada inicial de 88 coches (a los que seguirán 9.351) y para comprar uno habrá que hacerse socio vitalicio del Alphas Club por 88 dólares, ambos guiños en referencia a las 88 millas por hora que Marty McFly y Doc Brown tenían que alcanzar con su DMC-12 para saltar en el tiempo. Un apunte: el Alpha5 promete alcanzar esa cifra en 4’35 segundos, frente a los cerca de 30 que tardaba el DMC-12.
Sin embargo, la afición de DMR por las películas choca con el hecho de que actualmente intentan demandar a Universal Pictures por supuestos derechos de autor impagados. Y las extravagancias no acaban aquí. El coche viene con un complemento que puedes compartir con un ser querido para que su latido aparezca en la pantalla del vehículo mientras conduces y su temperatura corporal coincida con la del asiento calefactable. Podrás enviar un abrazo virtual apretando las alas del asiento, mientras que un beso virtual soplará aire en tu nuca. Por último, podrás transferir los contactos de tu teléfono al coche para que el Alpha5 te avise si están cerca.
¡Qué fuerte!
¿Estará el sistema de sonido a la altura para que "The Power of Love" suene adecuadamente en el Alpha5? DeLorean ha recurrido a Cambridge Audio, una galardonada empresa pionera en alta fidelidad desde 1968 que, aunque nunca ha desarrollado un sistema de sonido para coches, cuenta con fans incondicionales que rivalizan con cualquier franquicia cinematográfica.
"El equipo que dirige el proyecto DeLorean acumula varias décadas de experiencia en el sector de la automoción, tanto en marcas tradicionales como en vehículos eléctricos y, junto con los más de 50 años de experiencia de Cambridge Audio en el diseño acústico y de amplificadores, confiamos plenamente en las altas prestaciones que nos hemos fijado", explica a Cloud Charlie Henderson, director de marketing de Cambridge Audio. "Es la primera vez en la historia de Cambridge Audio que sentimos que ha llegado una marca de automoción con nuestro propio espíritu rebelde y, especialmente en los últimos años, hemos estado ampliando nuestros conocimientos en el sector con colegas profundamente involucrados en tecnologías de sonido y automoción.”
La pregunta sigue siendo: ¿por qué no hacer eléctrico el coche original de Regreso al futuro? "Hace años trabajamos con los propietarios de DeLorean para intentar hacer eso mismo con el DMC-12 de los ochenta. Y lo logramos, pero la adecuación normativa no fue ratificada, por lo que no pudimos construirlo", explica de Vries, que estuvo involucrado indirectamente en la empresa antes de convertirse en director general. "Entonces empezamos a investigar y descubrimos el gancho que tenía la marca, conseguimos el grupo de inversores ideal, la tecnología adecuada y los diseñadores para hacerlo regresar: entre un 30% y un 40% de los habitantes del planeta ya conocen DeLorean, así que no hace falta explicarlo.”
Y añade: "John DeLorean y su equipo construyeron un coche que fue un icono instantáneo. Esa marca no ha dejado de expandirse desde entonces."
Pero aquí no queda la cosa. Existe otro DeLorean que rivaliza con el Alpha5 y que se encuentra actualmente en boxes. Poco se sabe de DeLorean Next Generation Motors, aparte de que está respaldada por la hija de John, Kat, quien no está especialmente contenta con la existencia de DMR. Todo lo que sabemos es que el JZD (llamado así cariñosamente en honor a John Zachary DeLorean, fallecido en 2005) será presentado en Detroit a finales de este año, unos meses antes de la llegada de los primeros Alpha5, prevista para 2024. Parafraseando a Marty en las películas: “¡Qué fuerte!”
Autor: James Day